sábado, 30 de agosto de 2008

Mis marcas

Me siento como una adolescente ocultando mis pecados a mis propios padres, pero al reves. Oculto a mis hijas mis últimas marcas. Algo algo que nunca que casi nunca he echo, me encierro cada vez que tengo que entrar en el cuarto de baño, y se han dado cuenta. Saben que algo me pasa.

jueves, 28 de agosto de 2008

Por fin en casa.

Siempre es agradabe regresar a su propia casa y más cuando te esperan dos angeles.
Cuanto se puede añorar un hogar, pero sin duda, y esto no solo pasa en viajes de semanas sino incluso cuando una se ausenta sólo aglún fin de semana, es el propio sofá. El pequeño reino propio. Y el placer se vuelve extasis cuanto contemplas la estúpida televisión. Cuanto más estúpido es el programa más me gusta.
Personalmente me encuentro mal, si no fuera por mis hijas, no se como de muy mal me encontraría. Almenos me conformo con estal mal.

martes, 26 de agosto de 2008

La despedida

Son las 9, hace poco que Amanda nos han traido el desayuno tanto para Zuzana como para mi. Me a acariciado mi sucio pelo y me ha susurrado que cuando finalizase la llamase.


Por fin he podido dormir, tal vez el castigo de anoche, tal vez la ingesta descontrolada de diacepanes me ha ayudado. Cuando Amanda vino a buscarme anoche estaba ya dormida. Me habia preparado como todas las noches a conciencia, pero el cansancio me venciò. Ella y Zuzana me armordazaron, me esposaron las manos a la espalda y me encapucharon; la misma rutina que haces tù. Me subieron a uno de los protos, hasta que me derrubè. Por ùltima vez de colgaron de las manos, casi no tocaba el suelo. Me masturbaròn no se cuantas veces.
Ya me han quitado el collar, "soy libre", pero es una libertad relativa, pues te pertenezco a ti.

lunes, 25 de agosto de 2008

Ultima noche

Solo me queda una noche. Es el momento de preguntarse si ha merecido la pena. Claro que si D, como me habias dicho no me arrepentiria, que lo soportaria, soy fuerte, como siempres dices, pero la razòn por lo que lo aguanto tù lo sabes muy bien y es simple: lo deseo.
Llevo dias sin poder dormir, ya es que no me dejen; es que estoy al limite. Apenas como. me duele todo el cuerpo.
Anoche fue duro. Sabes muy bien el efecto que tiene la electricidad en mi cuerpo, gritè como una puta cerda. Despuès Amanda estuvo penetràndome analmente. No hizo falta que me atase, no podia moverme.
Estoy sucia, daria media vida por una ducha. Tengo el pelo asqueroso, sucio de sudor y semen. Llevo dias con un horroroso dolor de cabeza y no hay nada que me lo quite, he pedido màs paracetas, pero no me lo han traido. Tambièn les he pedido que dejen de darme coca, tampoco lo he conseguido.

domingo, 24 de agosto de 2008

La celda

La mitad del tiempo que llevo en la villa la he pasado como turista, la otra mitad como esclava. Lleguè a primeros de mès junto a mis amos; ellos hace tiempo que se fueron. Los primeros dias fueros relajatntes, tranquilos, suaves.
Es una contradicciòn que en un lugar tan bonito como este, se estè tan cerca del dolor.

Me encuentro en el extranjero, la villa mira al mar, pronto regresarè a casa, volverè a la rutina diaria, al trabajo, volverè con mi familia.


Llevo màs de dos semanas viviendo en una celda. Es oscura, fria y sucia; situada en el sòtano, junto al garage. Tiene un camastro en el suelo, un balde para la higiene personal y un cubo donde hacer las necesidades. No dispongo de luz ni agua corriente, comparto la celda con otra esclava, Zuzana. Es checa, mucho màs joven que yo. Apenas hablo con ella, ya que solo sabe algunas palabras en inglès. No se cuento tiempo lleva aqui, pues estaba ya antes que yo. La presencia de otra esclava en tu celda hace la estancia màs liviana, aunque te hable poco y te aleja de la locura.
Los primeros dias estaba encadenada a la cama y encapuchada, luego solo encadenada por el cuello, ahora podemos movernos libremente por la celda.

Las razones para salir de la celda son pocas y limitadas. O para comunicarme con mi familia o para someterme en alguna sesiòn.

El inicio

El inicio.
Siempre he estado dispuesta a contar mi vida. Los que realmente me conocen saben como puedo disfrutar haciendolo. Pero mi vida no es normal. Tengo una pasiòn, algunos la consideran una adicciòn, es el sexo, el del sexo, pero no el sexo normal, el que para muchos es convencional, sino el extremo. Me entrego a rituales sàdicos con todo mi cuerpo y toda mi alma.
Quien desee ver en este diario un relato pornogràfico perderà el tiempo. No es ni mi deseo ni mi intenciòn.
Cumplo una orden. No es una orden divina, no. En una calurosa noche de verano me lo ordenò mi amo. Es un acto màs de control. Con la publicaciòn de mis actos, pensamientos, acciones y deseos, con su publicaiòn para todos y hacia todos, èl tiene una arma màs de control.
Pero ademàs creo que me harà un bien, pues siempre he tenido el deseo de expulsar todo lo que pienso.
El grupo. Ellos y ellas, mi otra vida. A el grupo me debo, pertenezco a ellos y a la vez tambièn soy una parte de èl. Hay reglas, normas y recomendaciones. La confianza plena en el grupo es la base de nuestra uniòn y a la vez de la felicidad. Pero tambièn se castiga.
El grupo es un lager, una estructura en si sadomasoquista,, ideada con sadismo a la vez que con precisiòn, cuyo objetivo consiste en destruir, aniquilar a la persona y la vez de darle el placer. Antes de entregarse al grupo, experimenta sus mayores sufrimientos, humillaciones y tormentos. Es una especie de destrucciòn de la cual, una vez metido dentro, se es incapaz de salir.
Todos somos sadomasoquistas en potencia, por lo menos en teoría, pues apartir de un simple pellízco o un mordisquo de labios provocamos placer o visceversa.