martes, 14 de octubre de 2008

La belleza también se encuentra en las letras

Hoy alguien me ha sorprendido con un poema que me ha estremecido de lo bello que es


No es tu sexo lo que en tu sexo busco

sino ensuciar tu alma:

desflorar

con todo el barro de la vida

lo que aún no ha vivido.


- Leopoldo Mª Panero -



Panero es el arquetipo de un malditismo cultivado tanto como repudiado, pero ese malditismo no le ha impedido ser el primer miembro de su generación en incorporarse a la nómina de clásicos de la editorial Cátedra, contar con una espléndida biografía de J. Benito Fernández (El contorno del abismo, Tusquets, 1999) e insertarse en la historia literaria, las antologías y los programas académicos.
El joven Leopoldo María, al igual que tantos descendientes de los prohombres del régimen franquista, se siente fascinado por la izquierda radical. Su militancia antifranquista constituirá el primero de sus grandes desastres y le valdrá su primera estancia en prisión. Tiene una formación Humanista, estudia Filosofía y Letras en la Universidad Complutense de Madrid y Filología Francesa en la Universidad Central de Barcelona. De aquellos años jóvenes datan también sus primeras experiencias con las drogas. Desde el alcohol hasta la heroína, a la que dedicaría una impresionante colección de poemas en
1992, ninguna le es ajena. En los años 70 es ingresado por primera vez en un psiquiátrico. Sin embargo,sus constantes reclusiones no le impiden desarrollar una copiosa bibliografía no sólo como poeta, sino también como traductor, ensayista e incluso narrador. A finales de la década de los 80, cuando por fin su obra alcanza el aplauso de la crítica entendida, se decide que ingrese de manera permanente en el psiquiátrico de Mondragón. Sin embargo, casi diez años después se establece, por propia voluntad, en la Unidad Psiquiátrica de Las Palmas de Gran Canaria. La vida de este poeta y su entorno familiar siempre ha desatado curiosidad en el ámbito cultural, como muestra la película de Jaime Chávarri, El desencanto (1974), un documental que refleja cómo era su familia, en plena desintegración del franquismo, acomodada e intelectual, pero también: desmembrada, autoritaria y en la que la figura de su padre pesaba aún con su ausencia. En la década de los 90 Ricardo Franco se fijaría de nuevo en Los Panero para filmar Después de tantos años pero esta vez, sin la presencia de la madre -ya fallecida-. En 2003 se le concede el Premio Estaño de Literatura por una antología poética de Túa Blesa, publicada dos años antes.

1 comentario:

K dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.