sábado, 13 de septiembre de 2008

El castigo de la castidad

Son las 8:27 y acabo de regresar a casa. Siguiendo tus instrucciones hago un pequeño relato de lo sentido y vivido en la noche.
Fue tarde cuando recibí la confirmación de que debía de presentarme. Las instrucciones eran esta vez más escuetas de lo normal: "Amanda nos espera, entra por la puerta principal. Solo mirarás"
Hay dos formas de entrar o por el garaje o por la puerta principal, es decir entrar como esclava o como espectadora.
Cuando llegué, pasada media noche, Amanda estaba atada a una silla con el asiento quitado, con las manos esposadas al respaldo por detrás y sus tobillos a la cada una de las patas delanteras. Me excito verla tan indefensa, amordazada y tan sumisa.
Era mi primer encuentro con el grupo y el sexo tras este intenso verano.
Tras los breves saludos de rigor, pequeñas caricias y algún intercambio frio de besos, procedí a desnudarme como ve habías ordenado y arrodillarme junto Amanda.
Amanda conserva cierta belleza a sus 35 años que envidio. Es delgada, senos pequeños, un bonito pelo que siempre lo mantiene recogido en una coleta y una delgadez que para algunos puede parecer que la afea pero que a mi me atrae. Llevaba tiempo en el grupo pero hacia meses que no tenía noticias de ella.
llevaba toda la tarde encerrada en el chalet, a esas horas estaba completamente entregada. Cecilia se aproximó a ella, se sentó a horcajadas sobre sus piernas y lentamente empezó a introducir sus dedos por el coño y ano de Amanda.
En ese momento fue cuando te dije: "por favor Amo, fóllame" y tu NO sonó en mi cabeza como un portazo.. Tuve que contemplar como tu y Cecilia os apoderáteis del cuerpo de Amanda, como la desatabas, como la penetrabas, como Cecilia le besaba los pechos, el cuello, la entrepierna y yo apretaba mis muslos con toda mis fuerzas y alejaba mis manos de mi sexo para evitar masturbarme.

Intentaré cumplir tus órdenes, pero en el grado de excitación en que me encuentro no creas que acabe en cualquier momento masturbándome o follando con el primero la primera que me encuentre.

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